proyecto Casa CIPEA, 20004. China International Practical Exhibition of Architecture
fuente: "Mathias Klotz" Ed. ARQ. Santiago, 2004

entrevista
por Camila Cociña, Francisco j. Quintana, Nicolás Valenzuela

Mathias Klotz
Arquitecto en la Pontificia Universidad Católica de Chile, 1991
Decano Facultad Arquitectura Arte y Diseño Universidad Diego Portales
2001 Primer Lugar Premio Borromini, sección Arquitectos menores de 40 años, Roma, Italia

110 – A fines de los ochenta y principio de los noventa egresó junto contigo una generación de arquitectos de renombre como Sebastián Irarrázabal, Alejandro Aravena y Smiljan Radic. ¿Qué los influenció, qué oportunidades tuvieron?

Mathias Klotz - Yo creo que fueron varias cosas, varias circunstancias; una es que era un país que después de haber vivido económicamente apretado por mucho tiempo, a finales de los ochenta comienza a tener más holgura y empieza a haber más posibilidades de hacer un determinado tipo de proyectos que le dan espacio a arquitectos jóvenes. Esos determinados proyectos son casas de veraneo, no son otras cosas. También tiene que ver el tema de la arquitectura comercial, de tiendas y cosas así; es una época en que se empiezan a hacer las primeras tiendas que tienen incorporado algo de diseño. En vez de hacerlo con un vitrinista lo hacían con un arquitecto, en los malls, Parque Arauco y todas esas porquerías. Todo esto va de la mano de un cambio político. En un país que pasa de tener un gobierno de milicos de 17 años a tener un gobierno democrático, cambia la actitud mental de las personas. La mezcla de todo eso es lo que lo produce.

110 – Y en términos de la Escuela, ¿hubo algún cambio que hayas notado? Alejandro Aravena nos contaba que fuiste ayudante de Teodoro Fernández y Montserrat Palmer, ¿hubo algún tipo de influencia por parte de ellos?

MK - A ver, de la Montse yo te diría que sí hay influencia. En el sentido de que yo estudié en una escuela que era posmoderna, en que Robert Venturi era la Biblia; y en esa escuela había un par de profesores que no comulgaban con esta historia. Uno de ellos era la Montse.

110 - En ese sentido estaba lo posmoderno, pero en tu tesis de título trabajas con volúmenes muy puros y limpios ¿estando dentro de la escuela ya empezaste con esta mano, o fue una investigación personal con el tiempo?

MK - No, yo en la escuela nunca fui posmoderno. En la Católica el principio era muy abstracto; yo tuve taller con Fernando Pérez el primer semestre, el segundo semestre con Hernán Riesco. El era un arquitecto modernista furibundo, o sea, Mies van der Rohe no estaba inmediatamente debajo de Dios sino que era Dios. En los ejercicios que nos daba, nos pasaba un edificio de Mies, sin que nosotros supiéramos, al que le sacaba la escalera y el ejercicio era volver a ponerla. Con esto, primer año fue muy abstracto, muy alejado de cualquier tendencia, y muy cargado por el movimiento moderno por Hernán Riesco. El taller III lo tuve con la Montse, y del taller IV en adelante tú podías elegir taller de acuerdo a tus notas. Volví a elegir la Montse y después me fui a unos talleres más técnicos. Fui dos veces con Tuca, que eran talleres en que el énfasis estaba en lo constructivo; me fui a un taller con Fernando Gómez y Eduardo Bresciani, que eran estructuralistas, el taller creo que era hacer un gimnasio…

110 -  Respecto al de Tuca, una vez un profesor nos comentaba que había visto una maqueta que habías hecho en un taller de Tuca y decía “eso fue lo que me hizo generar mi línea de arquitectura” ¿Sientes que has marcado generaciones posteriores con lo que has hecho?

MK - No, a ver, yo no creo tener una arquitectura que tenga algo particular. Lo que sí puede ser es que junto conmigo en esa época, después de mucho tiempo, empezaron arquitectos muy jóvenes a tener un reconocimiento, y eso puede haber motivado a muchos otros tipos más jóvenes de darse cuenta que existía la arquitectura, y que era una cosa entretenida. Por una cosa de presencia que antes de eso no existía. Yo entré a estudiar arquitectura no porque me pareciera muy fantástica, sino que por descarte, porque me pareció que no estaba tan mal. Pero no se hablaba de arquitectura, no se publicaba arquitectura, no se construía nada en este país cuando yo entré en el año 1982.

110 - Con respecto a lo que se construye ahora, hay una tendencia por los volúmenes puros y la abstracción, que podemos ver en obras tuyas. Hay críticos que hablan de una relación con el exuberante paisaje chileno, que por eso se toma una opción abstracta, o que tiene que ver con una aproximación a partir de la técnica, del detalle y el ángulo recto.

MK - A ver, los proyectos que yo he hecho no los he hecho pensando que esa forma es la forma que mejor funciona en el paisaje, ni ninguna de esas cosas. Ni me he cuestionado si son redondos, cuadrados, triangulares u ovalados, porque tienen que ver con una cierta manera de hacer las cosas que a mí me es natural y me es cómoda. Como se viste cada uno de ustedes, probablemente si se ponen corbata, chaqueta y traje, aunque sea de Armani se van a sentir disfrazados, y un ejecutivo muy importante de una empresa si se viste como cualquiera de ustedes se va a sentir mal, lo va a pasar mal. Yo creo que pasa eso también con el trabajo que uno hace. Ahora, yo creo que hay mucho de modismo. Si uno ve arquitectura contemporánea ve muchas cajitas; la cajita por la cajita yo creo que se nota, pasa cuando los proyectos son muy forzados. Y les voy a poner un ejemplo con los autos; hay autos, sobre todo autos chicos, que están muy sobre diseñados, se nota mucho el trazo del lápiz del diseñador. Los Peugeot chicos contemporáneos son muy exagerados, en cambio ves un Audi, un auto que está muy bien diseñado, pero que es muy discreto; y dónde está la diferencia, que quizá el diseñador del Audi es un tipo que hizo un auto que naturalmente le sale así, y el otro tipo hizo un auto de diseño. Bueno, pasa lo mismo con los arquitectos.

110 - Y que nosotros creemos que está pasando mucho en las generaciones jóvenes que están ahora construyendo. Talvez están experimentando y es lo que primero les sale. Se formó un estilo de la caja y es más fácil seguirlo.

MK - Sí, yo creo que hay mucho formalismo.

110 – En cambio hay otras más jóvenes que están cambiando eso, como WAR y URO…

MK - Ahora van a venir las amebas seguro, y toda esa historia. Pero mira, hay una cosa muy divertida, cuando salieron estos proyectos de los holandeses que eran una cinta y toda la historia, hay casas de arquitectos que ustedes pueden ver que es como una cinta que da la vuelta y todo… o sea, cuando uno empieza a encontrarse con eso construido es extraño, porque a nadie naturalmente le sale de la cabeza hacer eso ¿te fijas?

110 - En ese sentido la casa museo que estabas proyectando en China (foto superior) tenía espacios bastante fluidos y con un pequeño quiebre en planta, como si estuvieras investigando algo nuevo, experimentando un poco, algo fuera de las cajitas.

MK - Lo que pasa es que esa casa está llena de cajitas adentro, pero las cajas no son cuadradas. Para empezar esa no es una casa real, porque nadie va a vivir en ella. El tema de por qué tiene esa forma tiene que ver con el terreno y con el entorno donde está, que viene de  una quebrada por el frente y la casa trata de formar un espacio contenido entremedio de esas dos cosas; las cajitas están separadas pensando en hacer un espacio continuo porque es una casa que no necesita ningún protocolo.

Tienda María Cher, Buenos Aires, Argentina, 2006
Mathias Klotz y Edgardo Minond
fuente: Revista ARQ n° 64, Santiago, Chile, 2006

110 - Ok, pero no es una búsqueda de algo que hayas luego aplicado en alguna otra casa que te haya tocado hacer.

MK - Nosotros acabamos de hacer una tienda en Buenos Aires, que tiene arriba un departamento y que tiene algo que ver con esa casa. La casa museo tiene una planta que va armando unas terrazas que entran y unos volúmenes que salen; yo quería meter el paisaje en la casa y quería salir con la arquitectura y meterme dentro del paisaje, esa es la idea. En Buenos Aires hicimos una tienda en un sitio que tiene creo que 40 de fondo por 9 o 12 metros de ancho, es todo rodeado de medianeros muy altos, de dos o tres pisos de alto. ¿Qué tiene que ver con esto? Tiene que ver que la lámina de vidrio que separa el interior del exterior no es un borde rígido, y lo que sucede es que cuando uno entra siente que está siempre en un exterior, no tiene claro qué es qué. Y eso tiene que ver con la casa museo, aunque de forma no se parece en nada, aquí no hay ninguna diagonal. Los proyectos de uno a otro muchas veces están relacionados, pero no en cosas formales, más en cosas conceptuales.