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¿qué es lo que haces?
Joaquín Cociña

Se me ha pedido que hable resumidamente de ser o no ser artista. Más bien, sobre las implicancias y límites de auto nombrarse como tal. Y esto es un problema enorme, por que el asunto parece absurdo. Cuando a un amigo de la infancia que no veíamos hace tiempo le preguntamos ¿en qué andas?, si te responde que es abogado, mozo, arquitecto, modelo o gásfiter, uno no le pregunta por qué se auto nombra como eso que es o ejerce. Pero en muchos casos, basta con que uno responda que es artista para que más de algún joven o no tan joven perspicaz te haga ver que no puede entender cómo te nombras a ti mismo como un artista.

De eso se trata entonces, ¿qué es ser artista? Me gusta mucho una respuesta que nos dio Justo Pastor Mellado (crítico y curador de arte chileno) en una clase en la escuela de arte, es algo así: artista es aquel que es calificado como tal por un individuo o institución que a su vez es considerado válido. Es decir, si apareces en un artículo de prensa en el que dice “el joven artista…” eres ya un joven artista, si apareces en una publicación anual de una galería de arte contemporáneo, ya nadie debiera ponerte en duda. Aunque suena frívolo, podemos aplicarlo de manera más cotidiana. Para alguien que hace obras, las expone, habla sobre el tema, gasta su plata en eso, no es una definición muy rebuscada ni muy difícil.  
Tenemos por un lado al siútico que ante la pregunta de si es artista o no, dice que eso no lo sabe, no es él quien puede juzgar eso, sino la Historia. Este acto de pedantería (suponer que la Historia se interesará por tu caso) y de valoración moral al hecho de ser artista, contrasta con la respuesta de Bolaño cuando le preguntaron sobre su condición. Dijo que no sabía si era un buen o mal escritor, que eso realmente no importa, de lo que si estaba seguro era de ser escritor. Bueno o malo, pero escritor.
Trabajo esporádicamente con una editorial de poesía, con cuyo editor corroboré una sospecha: le pregunté si las personas del “mundillo” poético se sentían poetas incluso si no escribían. Y me respondió que sí. Ese es mi límite. Un artista que no hace obras es un adolescente potencial, pero un adolescente potencial de 30 años que anda diciendo por ahí que es algo que no ejerce es un sinsentido. Un sinsentido común.

¿Es tan grave ser artista? Un árbitro de fútbol que comete un error tras otro en un partido es tratado por el público y la crítica como un árbitro horrible, pero difícilmente se le obvia su condición. Un padre golpeador y abusador es un mal padre (para sus hijos), pero sigue siendo un padre (eso es lo grave). Un mal artista (según un agente X) puede ser un muy mal artista, una broma, pero sigue siendo eso: un mal artista. El punto es que ser o no ser artista es absurdo medirlo por una escala moral o valorativa, sino por hechos, obras, apariciones. Si me lo preguntan, yo soy artista, como Velásquez y el Pollo Fuentes.

Joaquín Cociña
Artista Visual

Imagen
Dibujo del autor