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Conversaciones sobre Innovación y Equidad Manuel Tironi: Sociólogo y master en desarrollo urbano de la PUC, Master en City and Regional Planning de Cornell University y candidato a doctor en urbanismo por la Universitat Politècnica de Catalunya. Ha participado en numerosas investigaciones sobre planificación estratégica, industrias creativas, modelos de innovación territorial, regeneración urbana y citymarketing. Parece justo partir haciéndose una pregunta inicial ¿Importa el territorio para la Innovación económica? Sí, importa; por dos grandes razones; porque las regulaciones siguen siendo estatales, si una empresa quiere instalar un instituto de investigación, se somete a regulaciones nacionales, regionales, urbanas, planes reguladores, regulaciones que tienen escala, tienen territorio. Y segundo, por lo que la economía urbana, la geografía económica, y la economía en general, llaman Economía Externa; es decir, una empresa puede obtener mayores beneficios tanto haciendo cambios internos, como por dónde se localiza, por cambios externos, co-localizándose con empresas de su mismo sector, generando algún tipo de cluster; o instalándose en una ciudad, adquiriendo ventajas de economías de escalas, infraestructuras o equipamiento, que por sí sola las empresas no podrían hacer, lo que se llama Economías de Urbanización. Hay una tercera dimensión en la relación entre Innovación y territorio, relacionada con la Nueva Economía y la Economía de Conocimiento. Ya que la nueva economía tiene una demanda muy fuerte por atributos urbanos, exige de manera muy patente características y condiciones urbanas puntuales para poder desarrollarse y ser efectivamente lo que es. ¿Por qué?, porque, sin entrar en disquisiciones sociológicas, este capital humano avanzado que está a la base de la economía creativa, tiene estilos de vida muy fuertes y característicos que no está dispuesto a dejar de lado. El gran modelo, desde el año 70, básicamente lo ha patentado Richard Florida; la idea es que el motor de la nueva economía se basa en la creatividad, en la capacidad de construir y generar nuevas ideas y nuevas formas. Y lo que está aún más a la base de la nueva economía es el capital humano. Ahora, lo importante es que este capital humano es sumamente fiel a sus estilos de vida; basta con pensar en la gente que se dedica a cualquiera de los nichos que se pueden catalogar como nueva economía: biotecnología, academia, industrias culturales; tienen una demanda muy fuerte por cultura, por autenticidad, por innovación, por calidad de vida en general. Y son más fieles a esos estilos de vida que a otros beneficios económicos, como podría haber sido en generaciones anteriores. Hoy en día, a diferencia de los años 50, ningún nano tecnólogo se va a ir a vivir a la mitad de Omaha, aunque sea un excelente puesto, porque esa persona quiere estar en Palo Alto o no sé dónde. Para contar con sectores densos en conocimiento, es necesario contar con magnetos de talento; con espacios urbanos, entornos que sean capaces de atraer a este capital. Un motor importantísimo, no el único por supuesto, es que ya no se puede dejar de lado el entorno urbano en el que esta nueva economía se desarrolla. En la economía industrial extractiva, lo que importaba era estar cerca de las materias primas, como las mineras. En la economía industrial manufacturera, lo que importaba no era solamente estar cerca de la materia prima sino que estar cerca de la mano de obra; Bilbao, Manchester, son casos perfectos. En la economía de servicio, hacia los 80, lo que importaba era tener un espacio descongestionado para poder poner oficinas, con mucha conectividad, tanto vial como de comunicaciones. Los science park y research park son un buen ejemplo de esto. La economía del conocimiento por el contrario, vuelve a la ciudad; los atributos de la ciudad pasan a ser importantísimos, porque es una forma de economía basada en la creatividad y el conocimiento. La ciudad es un factor de priorización no secundario ni residual, sino central. Uno, Patrimonio. Los lugares donde se están instalando densamente industrias culturales, tienen patrimonio, identidad, historia, ya sea decimonónico o industrial. Ahora, ¿qué nos dice todo esto sobre la Equidad?, quiero plantear dos cosas, una más general y otra en relación a Santiago. La general, es el debate de hasta qué punto los rendimientos simbólicos que genera la aglomeración de industrias creativas, es absorbida por la industria capitalista, inmobiliaria o del retail; muchos alegan que las industrias creativas y la aglomeración cultural, son básicamente una nueva forma de acumulación capitalista; o deviene en eso. Comienzan con retornos creativos muy altos que a medida que van decreciendo, van subiendo los retornos económicos, porque comienzan a ser lugares apreciados por la industria inmobiliaria, que los absorbe. Y empieza a haber un trade off entre cuánto de innovación real hay y cuánto de tematización hay en ello. Y por supuesto que empiezan los conflictos. Primero, cuando pensamos en la escena de música experimental en Santiago, es una escena muy chica, incomparable con las de otras partes del mundo, pero es una ecología de proyecto potente, con relaciones verticales y horizontales muy bien consolidadas, que son cosas necesarias para hablar de cluster: es productiva, es una economía localizada que es innovadora, que genera valor agregado, que es reconocida en el mundo. No obstante lo anterior, y esta es la paradoja, no hay una geografía fija, unitaria y delimitada, como podría ser la escena de Post Rock de Chicago que sucede en Wicker Park, por ejemplo. No existe una correlación similar; y si no hay una geografía fija única y delimitada, ¿qué es lo que hay entonces en Santiago, lo que soporta espacialmente a esta escena? Por último, Internet. Si es que existe algún lugar en esta escena, donde sucede esta escena, claramente no es un barrio, es en Myspace. Y lo importante de Myspace es que no solamente es una vitrina donde la gente muestra su producción, sino que derechamente es donde esta escena existe, donde van experimentando, colaborando unos con otros, donde van cambiando su música a partir de los comentarios; es el verdadero laboratorio donde la escena puede existir, no solamente donde se puede mostrar. La producción de esta escena de música experimental, está sustentada por un quiebre geográfico y también socioeconómico con respecto al patrón convencional; porque ya no estamos hablando de la vieja banda de rock, en que hay que tener mucha plata para comprarse una batería y una guitarra. Cuando uno ve quiénes son estas personas, ya no son vanguardias instruidas que vienen de las escuelas de artes; por ejemplo, Calostro, que es una de las personas de esta escena que entrevisté, trabaja en un Call Center, 12 horas durante la noche. Abdula, es cartero. Otro trabaja de sonidista en un bar en Maipú. |
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