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Conversaciones [ Primera Parte ] Alberto Sato IIO - Al tratar de definir una pregunta clara para acercarse al tema de Arquitectura y Política, aparecen problemas que se pueden perfilar de diversas maneras. Tal vez la más evidente es la relación con el poder, sin embargo también aparecen otros caminos; por ejemplo, existe hoy una tendencia por entender que las competencias del arquitecto no están sólo en el momento del diseño tradicionalmente entendido, sino en todo el proceso de gestión; ¿habría entonces etapas en las que las relaciones de gestión se presentarían como un ejercicio político? Alberto Sato - El tema ya apareció en mil revistas de arquitectura, pero estuvo enfrentado en coyunturas muy especiales; es decir, cuando aparece el tema de la política es porque está enganchado con un momento muy específico social. Cuando en los años 70 aparecía un número “arquitectura y política” estaba obviamente ligado al problema de la dictadura; hoy día, mágicamente desaparecen todas esas cosas y es “gestión”, totalmente descontaminado de lo que puede llegar a ser el sustrato ideológico de la disciplina arquitectónica. En eso los Yankees son mucho más claros, diferencian Politics y Policies. Policies es gestión, el problema de gestión no es político, aunque está por supuesto vinculado a los poderes. El riesgo que se tiene es justamente confundir en esta coyuntura particular “Política”, y al hablar de política referirse a la gestión. Queda totalmente desideologizado; si uno es riguroso y dice que política en realidad es la “Ciencia del Poder”, entonces no es un problema de gestión, es un problema de cómo crear consenso, cómo lograr espacios hegemónicos, es otra cosa. IIO - En este momento se presentan como referentes algunos casos que nos generan una gran confusión, ya que partiendo desde un rol absolutamente técnico, o planteado así al menos, operan intentando cambiar temas de relevancia social. Se habla de “retos intelectuales más que éticos o ideológicos”, estableciendo esa separación al menos en el discurso, y vinculándose, por lo tanto, al tema de gestión. Nicolás Rebolledo - Creo que lo que se plantea es esta lógica de policies y politics, y su separación se trata más bien de una falacia que conduce a confusión. El ejercicio político se mueve siempre entre dos polos: la búsqueda del poder y la administración del poder. La administración del poder exige desarrollo de políticas públicas, y ese desarrollo está informado por criterios políticos. Pienso que la lectura que se hace de la lógica gringa del policymaking creyendo que las políticas públicas se desarrollan a partir de puros técnicos es un error, ya que en las decisiones que se toman respecto de hacer una cosa u otra existe una dimensión ideológica que informa una acción en el poder transformándose inmediatamente en una acción política. AS - Separados-separados no están, pero el asunto es saber si el tema central que se discute es el poder o la gestión. Es decir, una gestión exitosa en cualquier plano, que logra buenos resultados y es reconocido, ¿eso es política? No es política. NR - Eso parece interesante para ponerse a pensar en que si antes era el gremio el instrumento de ejercicio de poder, cuál es hoy día, o cuál podría ser hoy día. AS - El estrellato AS - El problema es la pérdida de realidad de los arquitectos; esto determina la manera en que puede incidir en las decisiones que se toman a nivel físico, que están estrictamente ligadas a decisiones que el poder toma. Para esto, creo que el arquitecto debe recobrar su credibilidad frente a la sociedad, su dignidad, ser creíble. AS - Eso es un aspecto, pero para poder recuperar la dignidad, tienes que ganar el respeto, y para ganar el respeto tienes que mostrar una expertiz, no de hablador o recitador, sino de poder analizar un proyecto, decir cuáles son todos sus alcances, cuáles son sus posibilidades, con qué tecnologías se puede desarrollar, etc., la tecnología es un aspecto; pero tienes que mostrar una expertiz que defina tu campo. Porque si tú eres una especie de adorno, por supuesto que siempre vas a estar último en la fila, porque para poder tener opiniones serias tú tienes que tener una competencia. NR - Pero no es sólo transformarse en técnico. Tiene que ver con lograr transformarse en un intelectual, porque todas esas competencias están adscritas en una cierta construcción de sentido. AS - El intelectual es el que produce sentido, pero a partir de una competencia. NR – Claro, pero el espacio de la construcción de sentido es al mismo tiempo el espacio de un desarrollo político. Por ejemplo Hanna Arendt dice que ella no es filósofa sino que ella es política, y que toda su reflexión es sobre la política; porque al ser sobre la acción, es sobre la construcción de sentido de la acción. Entonces, bajo ese punto de vista en el ámbito profesional de cualquier profesión, en este caso la arquitectura, aquello que construye sentido a tu acción, a tu praxis, es un sentido político. 110 |
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