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¿Y Ahora Qué?
Conversaciones
JOSE LUIS GOMEZ ORDOÑEZ
Hoy resulta que la sociabilidad, que los nexos entre las personas, no se producen con la espacialidad tradicional, como lo explica muy bien Richard Sennet. Hoy los contactos sociales se producen en los malls, en las estaciones o aeropuertos. Pero lo que hay que procurar es que seamos visibles y no nos provoquemos indiferencia. Hace falta, en la ciudad, crear lugares que hagan posible y fomenten el encuentro social y la confrontación de las diferencias, donde puedan ser negociadas esas diferencias, lugares en que se muestre la segregación y la desigualdad; no favorecer la estratificación y especialización espacial que hacen que una parte no sepa que existe la otra. Esto se ejemplifica en un Santiago que tiene una espectacular política sectorial de vivienda, una fantástica política sectorial de transporte, pero, quizás, cero cruce de estas políticas sectoriales. Y cero atención a unos subcentros que no son los grandes malls de los nudos y tréboles de Américo Vespucio, sino otros centros que quiás no tienen ese papel económico, pero son un enorme depósito de capital social, organizativo, participativo, que pudiese fomentar la identidad de las poblaciones, que luche contra la exclusión, que es la amenaza más grave que tienen nuestras ciudades. A veces se construyen espacios que rompen los procesos sociales o los determinan en un sentido muy comprometedor para el futuro. Esta cohesión es importante, sin hablar en términos utópicos, sino en términos de supervivencia de unas sociedades que necesita que se reconozcan los conflictos, para que puedan ser negociados. Si estos conflictos no se reconocen explotarán de alguna manera.
La arquitectura tiene la potencialidad de trabajar para muchas de las personas de quienes el mercado no se ocupa. Quizás en lo que el mercado ya resuelve no hace tanta falta el arquitecto; los constructores, los empresarios ya saben cómo hacerlo; ya saben como plantar una torre, aunque resulte tan mala, en calidad residencial, como muchas de las que se están edificando en el centro de Santiago. Pero hay muchas otras necesidades sociales emergentes y ahí se necesita la participación y la invención de los arquitectos. El tema del transporte público es un tema de arquitectura, lo mismo que las autopistas.
La infraestructura es arquitectura; también ingeniería y paisaje, pero es un tema propio del arquitecto porque tiene que ver con la generación de nuevas especialidades. Hoy se reclama que la arquitectura es, mas que la producción de formas, la colaboración en ciertos procesos sociales. En ese sentido, una de las cosas que la arquitectura y el urbanismo hacen es generar ideas proyectuales para favorecer la discusión y participación social. Lo mas importante sería evaluar buenos proyectos en la medida en que desencadenan e involucran procesos sociales que los debaten, se polemiza sobre ellos y son así mejorados y aceptados.
El arquitecto hoy debe adaptarse a esa función de descubrir y demostrar; con su capacidad de generar proyectos icónicos, abrir panoramas para que después agentes sociales les presten su energía y los lleven a término. Esta labor del arquitecto hoy ha cambiado respecto a lo que era 70 años atrás. Y respecto a las escalas, las cosas hay que verlas, simultáneamente, de cerca y lejos; lo que hoy cabe hacer es trabajar a la escala 1:50.000, al mismo tiempo que muchos equipos trabajan a la escala 1:5.000 resolviendo asuntos encadenados, relacionados, con la escala grande. Lo importante es que se garantice que todas estas distancias y todas esas prácticas sectoriales pasen por discusiones y filtros en que todos aporten algo; poner condiciones a ciertas operaciones, que haya discusiones con participación pública y que la demanda social quede garantizada. Más en concreto, en el terreno de la discusión acerca de la movilidad, lo que no se puede hacer en un ámbito metropolitano es pensarlo de manera prioritaria desde las infraestructuras de la movilidad automóvil como se hacía en los 60 y 70 en los planes de transporte uso del suelo. A mi juicio, quedó muy atrás, o debería haber quedado, esa manera tan banal de atender a la planificación de las ciudades.
JAIME LERNER
La gran discusión que ocurre hoy en el mundo gira en torno a cómo conseguir el desarrollo sustentable y cómo evitar el cambio climático. Pero la mayoría de la gente no sabe qué se puede hacer. Algunos creen que la sustentabilidad se consigue a través de nuevos materiales, más sostenibles; eso es importante, pero no es todo. Otros entienden la sustentabilidad a partir de green-buildings; a mi juicio esto es muy importante, pero no es todo. Hay otros que entienden la sustentabilidad como nuevas formas de energía; es importante, pero no es todo. O reciclar y re utilizar; es también muy importante, pero no es todo. Lo que se olvida es que las ciudades son responsables por el 75% de las emisiones de carbono, entonces, el concepto en torno a las ciudades es que tenemos que actuar, y esa actuación se volverá más efectiva sobre todo en la movilidad.
Hay que entender que cuando se ocupa de una ciudad, el planeamiento tiene que ser una trayectoria, donde hay que empezar; innovar es empezar. Entonces no hay corto y largo plazo, hay que empezar! Y tener la humildad de saber que no podemos tener todas las respuestas. Cuando se empieza damos espacio para que la gente, los ciudadanos, se pronuncien al respecto, nos corrijan si estamos o no en el riel correcto. Siempre se puede corregir la trayectoria. Es por eso que el largo plazo y el corto plazo siempre es empezar.
MARCIAL ECHENIQUE
La Sustentabilidad no es un problema de la Ecología o de tipo Medioambiental, sino que tiene mucho que ver con la sostenibilidad en el tiempo del desarrollo económico-social y la utilización de recursos. Lo más lógico para evitar la contaminación por los gases producidos por el transporte privado sería quedarse en su casa, lo que es absurdo, porque siendo así no podría ganar dinero, no podría mantenerse ni gastar.
Hay que hacer un balance de todos estos aspectos y no ver un solo lado. La importancia de los modelos de simulación es que permiten ver hasta qué punto una política o un diseño se ajustará en el sistema, si se produce una reducción de la contaminación o no, o si produce un desarrollo insostenible del punto de vista económico, porque los precios aumentan mucho, por lo tanto baja la competitividad de la ciudad o el país.
Esos Modelos de Simulación permiten una discusión más amplia porque permiten probar alternativas de una forma rigurosa y científica en pos una de un mejor país en el futuro.
Los temas de la sustentabilidad son de mucha actualidad, y son fundamentales. Hay que pensar que hay mucha gente a nivel mundial pensando en esto mismo, hay que estar muy conciente de las investigaciones, y de que hay una realidad en Chile de la que no podemos escapar; Chile es distinto porque tiene sus propios problemas, su geografía, sus problemas sociales, su historia y su cultura. Por lo tanto, hay que aprender del resto, no hay que inventar la rueda todas las mañanas, pero hay que adaptarlo y pensar los aspectos que son particulares de Chile. Las Universidades, tienen que enfocarse a un nivel de investigación seria, y no sobre cosas que los únicos que entienden son los arquitectos, y que no se comunican con el resto de la población, ni con los políticos. La Universidad debe avanzar en el conocimiento del lugar, de la región, del país. Es importante que se entienda que las Universidad tienen un Rol fundamental no sólo en la formación de los arquitectos, sino en el aumento del conocimiento sobre la realidad del país.
ALEJANDRO GUTIERREZ
Hoy día con el cambio climático, los temas de “urgente” e “importante” pasan a ser lo mismo, desde mi perspectiva ya no existe esa división, ni siquiera lo de largo y corto plazo. La necesidad de tener seguridad energética se manifiesta en el corto y largo plazo a la vez.
Hoy en Chile hay falta de gas, y eso es de corto plazo; y esa presión por resolver problemas de corto plazo, puede tener un impacto sobre el largo plazo que es positivo desde el punto de vista de agendas. Lo más importante es entender sostenibilidad como el instrumento de evaluación y de administración del riesgo, en el corto y largo plazo.
Creo que la sostenibilidad ambiental y social hoy día, aunque más obviamente la ambiental, no es un lujo sino una necesidad. Es una necesidad porque muy luego van a haber “reglas del juego”, distintas a nivel global, en las cuales todos los países van a tener que reducir sus emisiones de carbono, incluyendo Chile y todos los países en vías de desarrollo. No es una cuestión de lujo o de si Chile va a poder o no va a poder, va a tener que. Igual que va a tener que Bolivia, Argentina o Estados Unidos. Insisto, no es un tema de lujo sino de necesidad. Así mismo, si se piensa en la competitividad en el mediano plazo de Chile, el nivel de la polución de Santiago, que es el único tema que deja a Santiago por debajo de cualquier otra ciudad Latinoamericana como un lugar atractivo para localizar una empresa extranjera, tiene que ser tomado en cuenta rápidamente. Si la intendencia y los alcaldes de Santiago que están por venir, entienden ese elemento central de la competitividad de Chile y de Santiago en la región Latinoamericana, van a tener que tomarse en serio el tema, no como un lujo sino como una necesidad. Creo que ese es el énfasis que hay que darle, y Chile va a tener que incorporarlo aún más si se piensa desde el punto de vista de la seguridad energética de Chile y de Santiago.
Chile tiene muy baja demanda de energía comparada con otros países, porque somos pocos y seguimos siendo “en vías de desarrollo”; nuestra demanda energéticamente puede ser cubierta muy fácilmente con renovables, con una estrategia inteligente e integrada de éstos. Hay un estudio base de la GTZ que se hizo para Chile hace poco, que plantea que el problema de las viviendas no era la cantidad de consumo de energía (por calefacción, electricidad, etc.) sino el estándar de especificaciones técnicas de la aislación térmica y de la ventilación, de manera que lo que hace falta hoy no es reducir la demanda energética, sino que manteniendo la misma demanda, aumentar las especificaciones y tener un nivel de confort mucho más alto, que es el que requiere una economía como la que estamos teniendo en Chile. Hay que empezar a manejar el tema del ahorro de energía, sea a través de calor, electricidad o transporte y con eso, más que sobrevivir, tener una economía muy robusta desde el punto de vista de su seguridad energética y reciliente a los cambios que vienen.
IIO - En ese sentido el rol de las escuelas de arquitecturas sería muy grande.
AG - Debieran ser centrales. Las escuelas de arquitectura en vez de dedicarse a hacer monitos lindos debieran dedicarse a tocar los temas del país. Yo estudié arquitectura en Chile y me pasaba muchas veces que sentía que estábamos completamente fuera de tono con la realidad del país.
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